jueves, 15 de enero de 2009

"No me fío de ningún americano"

ENTREVISTA // LAHCEN IKASSRIEN, EX PRISIONERO DEL CAMPO DE DETENCIÓN DE GUANTÁNAMO

Cuando EE UU atacó Afganistán en 2001, Ikassrien, marroquí que se había trasladado allí “por motivos personales” tras haber vivido en el Estado español entre 1989 y 2000, fue herido por los bombardeos, detenido y trasladado a Guantánamo. Después de tres años y medio, durante los que la Policía española lo interrogó varias veces, fue extraditado a petición del juez Garzón, por un supuesto delito de integración en la célula española de al-Qaeda. Tras la anulación de las pruebas (llamadas telefónicas e interrogatorios de la policía española) por el Tribunal Supremo, el 11 de octubre la Audiencia Nacional lo absolvía.

DIAGONAL: ¿Cuál ha sido tu situación en Guantánamo?

LAHCEN IKASSRIEN: Primero estuve en Camp Delta casi dos años y medio. Las celdas eran contenedores de chapa, hacía tanto calor que no podíamos dormir. Estábamos desnudos. Día y noche se oía el arrastrar de las cadenas de los presos que se llevaban para interrogar. Después me llevaron a Camp Five, que era un infierno porque estaba encerrado 24 horas al día. No había comida, y había unos ventiladores enormes que lanzaban un producto químico que nos provocaba toses y lágrimas.

A mí me han quitado cuatro muelas, pero se equivocaron y me sacaron las que estaban buenas, y a mucha gente le quitan dientes a base de golpes. Hay gente que ha sido torturada con perros, entre muchísimas otras torturas. Por Guantánamo ha pasado mucha gente, y no sabemos ni cuántos son ni de dónde. Hay personas a las que llevan allí para torturarlas y luego se las llevan otra vez. Nosotros contamos esto a la Cruz Roja y a los abogados que visitan Guantánamo. Los españoles también lo saben.

D.: ¿Viste a algún abogado? ¿Recibiste ayuda de algún tipo?

L.I.: En Guantánamo no había abogados. Cuando se empezaron a mover las cosas, empezaron a venir, pero yo ya no los necesitaba porque me mandaron los españoles aquí. Y los abogados que han visitado Guantánamo creo que son más policías que abogados, porque hacían preguntas sólo sobre el 11-S; lo que está pasando en Guantánamo y lo que están haciendo los americanos les importa muy poco. Y también nos visitaban los de la Cruz Roja, que saben muy bien lo que está pasando y no quieren decir nada. Cada vez que hablamos con la Cruz Roja dicen: “No podemos hacer nada”. Pero ellos lo saben todo porque cada preso les cuenta su situación.

D.: En 2005 te extraditaron al Estado español. ¿Cuál ha sido tu situación a la espera y durante el juicio?

L.I.: Aquí me trataron como en Guantánamo o peor. Me trajeron a España en julio de 2005, tirado en un avión militar, atado como un animal. Me trajeron a la Audiencia Nacional, donde me interrogó el juez Marlaska. Pedí un médico y no me hicieron caso. En la carretera la Guardia Civil me pegó y me insultó. Después me llevaron a Soto del Real y después a Palencia, donde hice una huelga de hambre para que me viera un médico, y para que me vieran los periodistas y supieran quién soy. Me pusieron en una celda muy fría y durante dos meses no pude hablar con mi familia, que pensaba que todavía estaba en Guantánamo.

Aquí me han acusado de haber conocido a gente y que esa gente me mandó a Afganistán. El fiscal, al no tener pruebas contra mí, me quería condenar como talibán porque me fui a Afganistán en el tiempo de los talibanes, pero los talibanes no eran terroristas, eran un gobierno estable, y además yo no soy talibán.

D.: Tras tu detención en Guantánamo, has estado solicitando que te vieran un médico y un psicólogo...

L.I.: Cada vez que pido un psicólogo o un médico me dicen que no, o que espere. Hasta ahora estoy esperando. En la Audiencia he hecho muchas demandas para que me vea un médico, y ni siquiera me responden. Hice una huelga de hambre de 20 días pidiendo al juez que me enviara un médico, y ni siquiera me respondió. Y no puedo dormir, tengo muchos problemas de salud por mi estancia en Guantánamo. Allí nos inyectaron sustancias que no sabemos lo que son, y dicen que nos pusieron inyecciones para no tener niños. Una vez dos interrogadores me pusieron una inyección y el cuerpo empezó a picarme; un médico me dijo que era una enfermedad de perros. Aquí lo he contado en la Audiencia y no hacen caso.

Tengo secuelas, heridas de torturas, quemaduras de cigarrillos, marcas de la enfermedad que me inyectaron, y quiero que me vea un médico. Pero cuando voy al hospital dicen que necesito tarjeta de seguridad social y de residencia. Pero no tengo papeles.

D.: La Audiencia Nacional te ha absuelto de la acusación de pertenencia a al-Qaeda. ¿Qué prevés ahora?

L.I.: Me siento mal, porque el año de prisión que he pasado aquí siento que he estado secuestrado, sin ningún delito. Y ahora me han absuelto pero no tengo papeles. Si me pilla la policía en la calle soy un ilegal, así es que voy a pedir que me expulsen, porque si no me dan los papeles no puedo vivir aquí. Justicia en España no la hay, porque el fiscal ha dicho mentiras, y la investigación de la policía también. Voy a denunciar esto, a ver si hay algo de justicia en este país, según dicen. A ver por qué me han traído aquí, si no soy español, y por qué me han metido un año de prisión. Yo no soy terrorista. Los terroristas son ellos, que meten miedo y secuestran a la gente.

D.: En Guantánamo fuiste interrogado en varias ocasiones por la policía española...

L.I.: La policía fue a interrogarme cinco o seis veces, desde agosto de 2002 y también durante la época de Zapatero. Los españoles decían que soy un gilipollas y no quiero decir la verdad, que ellos saben que yo sé muchas cosas y no quiero ayudar a los americanos... Y cuando los españoles se iban, los americanos empezaban a torturarme por las mentiras e informaciones que traían los españoles. Siempre que ellos venían tenía que estar preparado para por lo menos un mes de torturas en Guantánamo. Al final me dijeron los americanos que ellos no tenían nada contra mí, y que me estaban torturando por lo que decía la policía española.

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ZinInfoSystem dijo...

Lahcen Ikassrien.: «Vam saber que érem a Guantánamo quan ja feia uns cinc mesos que hi estàvem empresonats»

L'expres va fer ahir una xerrada a la Casa de Cultura de Girona, en què va explicar les tortures que assegura que li van infligir els soldats dels Estats Units durant més de tres anys

-Què feia a l'Afganistan quan el van detenir?
-«Vivia en un poble que es deia Kunduz, on regentava una carnisseria. Quan em van capturar, anava en taxi pel bosc. Van agafar tothom: van ficar les dones en uns camions i els homes en uns altres. Ens van començar a preguntar sobre Al-Qaida, quan en aquell moment ningú sabia qui era.»

-On els van dur?
-«Als homes ens van dur en una presó afganesa, que els soldats nord-americans van bombardejar. Van matar unes 550 persones. També van ruixar amb gasolina i van cremar alguns dels supervivents. Vaig sobreviure, amb uns 45 presos més. Després van llançar-hi granades. Als supervivents ens van traslladar a una altra presó i, d'aquí, ens van dur en avions a Kandahar.»

-Què els van fer?
-«Durant el camí, ens van treure la roba, ens van posar caputxes i ens van lligar de mans i peus. Un cop a la presó, ens van llançar al terra, enmig de molts gossos. Era un camp obert, anàvem despullats i ens torturaven amb pals, cops de puny i cremades. També ens van llançar a sobre galledes plenes de porqueria i ens van amenaçar de tallar-nos les cames i els braços. Érem uns 500, i la majoria eren nens.»

-Com va ser el trasllat a Guantánamo?
-« Abans de dur-nos a Guantánamo, no ens van donar menjar ni beure. Ens van escorcollar a fons, d'una manera que em fa vergonya explicar. Ens van posar una granota blanca, una caputxa i ens van tirar a sobre un producte que no sé què era. Ens van lligar amb una corda, un rere l'altre, i vam haver de fer un camí llarg fins arribar a l'avió. Anàvem estirats a terra, mentre els soldats ens apuntaven amb les armes al cap i, si ens movíem, ens trepitjaven.»

-Sabien que anaven a Guantánamo?
-«No ho vam saber fins al cap d'uns cinc mesos.»

-Un cop a la presó, què es van trobar?
-«Durant unes vuit hores, ens van deixar agenollats, amb caputxes i lligats amb cadenes en un lloc amb moltes pedres tallades com si fossin claus. Al principi, ens van posar un pijama taronja i un braçalet, però després ens van deixar despullats.»

-Estaven en cel·les?
-«Al principi, estàvem en gàbies de filferro, en grups de 100 persones. Després ens van posar en contenidors, amb 48 persones cadascun. Hi havia cadenes, que feien molta fressa quan ens movíem.»

-Els feien les tortures individualment?
-«Els nord-americans primer torturaven el company del costat i després ho feien amb cadascú de nosaltres. Per tant, ens torturaven dos cops. A un, un gos li va menjar un dit.»

-Què els donaven per menjar?
-«Ens donaven menjar quan volien. Habitualment, una mica de pa, dues cullerades d'arròs i una taronja. De vegades, donaven aliments diferents a alguns perquè volien que entre nosaltres sortissin enveges, però mai vam caure en aquesta trampa.»

-Com era la relació amb els companys?
-«Molt bona. Tots érem musulmans i cap de nosaltres sabíem per què ens havien empresonat.»

-Hi havia menors d'edat presos?
-«Hi havia un nadó de 16 mesos, i una soldat li donava el pit davant del pare. També hi havia menors d'11 i 12 anys.»

-Eren conscients del dia que era?
-«No sabíem quin dia ni quina hora era. I això ens dificultava resar perquè els musulmans ho fem en uns moments del dia concrets. A més, quan resàvem, ens torturaven.»

-Va mantenir el contacte amb la família?
-«Al principi, no. Després van començar a arribar cartes, però sempre estaven ratllades. Només s'hi veia el nom de qui l'havia escrit. Quan escrivíem cartes, passaven molts controls i tardaven un any a arribar als destinataris. Només hi dèiem que estàvem vius.»

-Quan el van dur a l'Estat?
-«Passats tres anys i mig. A l'avió, em van fer seure en una cadira, lligat amb corretges de ferro. Quatre soldats m'apuntaven amb una pistola i tampoc no em van informar d'on anava. Quan vaig arribar a l'aeroport de Torrejón de Ardoz, vaig saber que era a l'Estat perquè vaig veure l'uniforme de la policia espanyola.»

-On el van dur després?
-«Vaig declarar a l'Audiencia Nacional, davant del jutge Grande-Marlaska. Va dictar contra mi una ordre de presó incomunicada, sense saber de què m'acusava. Vaig estar empresonat durant un any i mig. En el judici, em van absoldre per falta de proves, encara no sé de què.»