martes, 21 de julio de 2009

Siurana, paraíso de los excursionistas y escaladores



El interior de las comarcas de Tarragona ofrece sitios de extrema belleza que bien valen una excursión para todos aquellos que los desconocen o una nueva oportunidad para redescubrirlos aquellos que ya han tenido una oportunidad de visitarlos. Hoy nos detendremos en Siurana, la población situada en la parte noreste de la comarca del Priorat –en el valle del río Siurana, entre la Sierra del Montsant al oeste y las montañas de Prades al este y que administrativamente depende de Cornudella de Montsant.

Siurana está situada sobre un riscal de roca caliza, a 740 metros de altitud, en la parte más baja de la Sierra de la Gritella. Domina todo el alto valle del Siurana, entre los riscos de Arbolí y la espectacular y atractiva Sierra Mayor del Montsant; dominando por la izquierda el río Siurana –el principal afluente del río Ebre en las comarcas de Tarragona–, y está encajada por el torrente del Estopinyà, delante del pedestal gemelo de Ciuranella. Los picos más altos de su alrededor son la Gritella (1.089) y el de Gallicant (1.028).

Entre los sitios de interés encontramos la Iglesia de Santa Maria, un edificio de época románica conservado íntegramente. Fue construido entre los siglos XII y XIII, con la llegada de las tropas de Berenguer IV en 1154. En aquellos años Siurana era un importante punto de defensa de la frontera islámica y fue el último reducto sarraceno de Catalunya, conquistado entre 1153 y 1154.

La localidad conserva, además, restos del castillo árabe, un establecimiento militar o hisn construido hacia el siglo IX como centro de control. Perteneciente a un ancho territorio musulmán y situada estratégicamente, esa fortificación cerraba el paso al núcleo urbano de la población. Actualmente se observan los efectos de una primera fase de rehabilitación gracias a la cual se identifican perfectamente sus límites perimetrales y las torres de defensa entre otras partes. La conquista de este castillo por parte de Ramon Berenguer IV se planificó antes que Tortosa o Lleida pero no se pudo ejecutar hasta 1153 o 1154.

El Salto de la Reina Mora

El Salto de la Reina Mora es una cima conocida con ese nombre debido a la leyenda de la reina mora Abdelazia, hija del señor de Siurana, que al llegar las tropas cristianas, prefirió saltar al abismo con su caballo antes que caer en manos enemigas. El caballo, al ver la sima imponente, intentó pararse, pero el impulso era tan fuerte que se precipitaron al vacío. Hoy, cerca del precipicio aún puede verse la profunda marca de la herradura del animal hecha en la roca cuando éste intentó frenar.

Bonitas vistas

Siurana propicia bonitas vistas panorámicas desde La Trona y las vías de escalada de ésa localidad son conocidas en todo el mundo y es habitual la presencia de algunos de los mejores escaladores que tienen la posibilidad de entrenarse.

Para los senderistas las zonas próximas a Siurana permiten la realización de interesantes caminadas. Está especialmente recomendado el Camino antiguo de Siurana, que unía este pueblo con Cornudella de Monsant, recientemente recuperado y que forma parte de la Red de Senderos del Priorat.

A pesar de ser un pueblo de pocos habitantes–una vientena– a lo largo del año si exceptuamos la época vacacional, Siurana dispone de un restaurante, un hotel, un alojamiento rural, un bar, un refugio del Centre Excursionista de Catalunya y un camping-centro de actividades de escalada. La fiesta mayor del 15 de agosto es una ocasión única para acercarse hasta la localidad.

Paralelamente, el pantano de Siurana ofrece la posibilidad de practicar diferentes deportes náuticos.

http://www.diaridetarragona.com/032569/siurana/paraiso/excursionistas/escaladores

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siurana, de lo mejor q hay por tgn.
Cuenta la leyenda q la reina mora intento saltar y el caballo, al ver la sima imponente paro dejando una profunda marca de la herradura en la roca salvandose de la caida, viendo lo sucedido, la reina se quito su vestido, tapo los ojos del caballo con este y se precipito definitivamente.
Los invasores asombrados por su belleza, valentia y orgullo recuperaron su cuerpo y lo sepultaron en un lateral de la iglesia de Santa Maria.