jueves, 10 de diciembre de 2009

La Kasama del Cabo

Sin dudad alguna, una de las construcciones más glamurosas de la Costa Dorada fue la casa mansión bautizada con el nombre de la cala adyacente, “Cala Morisca“. Situada en el Cabo Salou, entre Cala Morisca y Cala Crancs, la mansión obra del arquitecto Josep Maria Monravà López, fue propiedad del difunto ex decano de la abogacía española, nacido en Reus, Don Antoni Pedrol Rius, fue construida en los años sesenta. La casa tiene unas magníficas vistas sobre el Mar Mediterráneo, y contaba con embarcadero propio y 2 piscinas, una de ellas climatizada. El acceso a la casa no es fácil, para llegar hasta ella hay que recorrer las sinuosas calles que configuran la urbanización que la rodean hasta llegar a la puerta de estilo arabesco que da acceso al conjunto, a la que fuera la residencia de verano del Sr. Pedrol, sólo utilizada para pasar los veranos junto a su compañera sentimental y el ejército de sirvientes (chofer, secretaria, cocineros, mayordomos, escoltas, planchadoras … ). En 1992 el insigne abogado falleció, legó la mansión al 50% entre el Ayuntamiento de Reus y el colegio de abogados de Madrid, mientras reservaba su usufructo para su compañera sentimental, esta continuó yendo a la casa durante algunos años, hasta que la mansión entró en decadencia debido al abandono de sus propietarios.

Aunque parezca extraño, sobretodo teniendo en cuenta las vistas y el lujo de la casa, su propietario no pasaba las noches en ella, cada noche se marchaba a dormir a su casa en Reus, temía por su vida, el Sr. Pedrol dicen que tenía una obsesión por la seguridad. Con el cargo que ocupaba, tenía estrechas relaciones con el poder y temía sufrir un atentado terrorista. Tampoco solía recibir visitas fijas, eso si, una vez cada verano invitaba a los representantes de todos los colegios de abogados de España a los que obsequiaba con una gran comida, hacía lo mismo con los directores de los principales medios de comunicación a los que también invitaba, y es que cala morisca contaba con una cocina equipada profesionalmente, para celebrar grandes banquetes, aunque la comida favorita de su propietario, dicen, que era el arroz hervido.

Hoy en día la casa se encuentra en estado de ruina, sólo se intuye vagamente lo que fue, paseando por sus jardines. En el edificio han sido tapiadas puertas y ventanas. Ahora ha pasado a ser propiedad del Ayuntamiento de Salou, que prevé derrumbar la maltrecha casa y recuperar el espacio como zona verde pública, con camino de ronda incluido.

Sin duda alguna, la casa, testimonio mudo que no silencioso del tiempo, ha visto como en sus entrañas han pasado de reunirse los poderes del país, del gusto por el lujo y la buena vida, al saqueo y vandalización indiscriminado de todas sus estancias, el gamberrismo irracional, convirtiéndose en un espacio de celebración de fiestas rave, botellones, juergas y parrandas adolescentes. Tapiadas sus puertas y ventanas ejerce de lienzo gigante de graffitis, declaraciones de amor y groserías al espray, esperando su nueva vida como parque público, verde que lo sueña verde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eres un crack zinfo.. gracias por relevar el misterio que me cautivaba... saludos desde Galway